lunes, 16 de mayo de 2011

Ensayo de los Derechos Humanos - Civica y Urbanidad


…La Esperanza de un Mundo Mejor…

Siendo seres humanos, dotados de razón e inteligencia para tomar decisiones y poder elegir entre el bien y el mal, somos así los únicos responsables de construir un mundo lleno de paz y justicia, donde la fraternidad, solidaridad y respeto sean los principios de nuestras acciones para bien propio y de los demás. La humanidad hace varios años se encontraba sumergida en una lamentable situación donde abundaban diariamente los actos inhumanos y crueles, no existían los derechos y miles de personas fueron víctimas inocentes de ello, porque en ese entonces la justicia brillaba por su ausencia para muchos, pero afortunadamente  el día 10 de Diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyo documento reconoce y nos hace merecedores de un conjunto de privilegios, principios y normas, que regulan las relaciones humanas de nuestra sociedad, y que poseemos por el mero hecho de ser seres humanos, garantizando así justicia y orden para todos, sin distinción alguna.
En la Declaración se proclama  mediante 30 artículos nuestros derechos humanos, para que entre todos los promovamos mediante la enseñanza, educación y  respeto a estos. Allí comprendemos que todos los seres humanos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos, se nos exige comportarnos fraternalmente los unos con los otros y se nos reconoce el derecho a la vida, la libertad, a no ser discriminado por ninguna razón,  a una nacionalidad, al trabajo y otros, todos muy importantes porque contribuyen al buen desarrollo como personas y de toda una sociedad.
Años atrás el desconocimiento y menosprecio de los derechos humanos originó actos desagradables, pero actualmente tenemos la dicha de que estos nos sean reconocidos y tengamos conocimiento de ellos para poderlos respetar y exigir, pero es triste observar la realidad de nuestra humanidad y darnos cuenta como aún hay injusticia, violencia, corrupción y todo porque no los hemos respetado efectivamente. Se ve todos los días la violación de los derechos y aunque existen muchas organizaciones  dedicadas a hacerlos cumplir, a resultado difícil acabar totalmente con las injusticias del mundo, porque muchas personas resultamos siendo víctimas de quienes intentan pasar por encima de nuestra dignidad creyéndose más, pero ignorando que todos por más humildes que seamos, somos iguales ante Dios y ante la Ley (Colombiana) que nos cobija.
Es indispensable que los Derechos Humanos se den a conocer en todo el mundo y los países que firmaron dicha declaración se comprometieron a distribuirlos, exponerlos, leerlos y comentarlos a todos los habitantes, así como velar por su cumplimiento universal. Por ello es necesario que en todas las instituciones educativas se promuevan los Derechos Humanos de la mejor manera ya que la educación es el arma más poderosa que podemos usar para cambiar positivamente el mundo, mediante programas lúdicos y talleres que involucren y motiven a toda la comunidad para enseñarles e informarles de sus derechos, concientizarlos de que hay que respetar para que nos respeten, de lo que debemos hacer en caso de la violación de alguno de ellos, invitándolos a liderar organizaciones protectoras de los Derechos Humanos y comprometernos todos a poner nuestro granito de arena, pues la verdadera paz se alcanzará cuando se logre el respeto mundial a esos derechos tan valiosos que mantienen la esperanza viva en nuestros corazones para un mundo mejor, y que cada día se conviva en un ambiente tranquilo invadido por la felicidad.
Es muy importante “conocer nuestros derechos para comprenderlos, valorarlos, respetarlos, practicarlos y defenderlos”, porque muchos creemos que conocer es saberlos de memoria y no es así; conocer implica entender que  un derecho significa gozar de una libertad pero a la vez asumir el deber de respetar esa libertad a los demás, hay que ponernos en el lugar del otro y tolerar toda clase de diferencia, llevar nuestros conocimientos a la práctica, ser lo suficientemente capaces para hacer valer nuestros derechos y los de los demás por encima de todo para lograr esa paz que tanto necesitamos.
Cada uno de nosotros como jóvenes, con capacidades y entusiasmo por contribuir a la humanidad y sin importar status social, raza, nacionalidad u otros, podemos vincularnos a la enseñanza y protección de los Derechos Humanos, haciendo parte de organizaciones defensoras y promotoras de estos, colaborar en la búsqueda de la paz mundial, ayudando a quien lo necesita, ser emprendedores y liderar grupos de jóvenes interesados en cambiar la realidad de nuestro país y del mundo entero, para hacer de nuestra sociedad un espacio donde la justicia y respeto iluminan los gobiernos, donde nadie sea más que el otro, que no haya violencia ni abuso de la autoridad y que trabajemos por un bien común y en equipo unidos por hacer de nuestro hogar, un lugar donde se demuestre con hechos verdaderos que los Derechos Humanos no están solo plasmados en una declaración, sino que se practican por las personas de todo el mundo.
Vivimos en una sociedad rodeados de muchos problemas sociales originados por diversas causas y porque no hemos aceptado que el mundo somos todos y que yo hago parte de este, si mi mundo está afectado yo lo estaré, siempre nos dicen que sigamos nuestros ideales, pero esto no significa que para hacerlos realidad pasemos por encima de los demás ultrajando su dignidad y causando daño. Es difícil pero no imposible lograr que cada día más personas se unan en busca de una mejor calidad de vida y “nunca digamos nunca” porque rendirse es de fracasados y nosotros no haremos parte de estos, hay que seguir luchando por el cumplimiento de los Derechos Humanos y manteniendo la esperanza de un mejor universo.
El camino hacia ese mundo que soñamos es largo y con muchos obstáculos, pero está en nosotros salir adelante, pues si yo deseo una vida feliz, mi felicidad no debe oponerse a la de los demás, si yo amo mi libertad tengo que reconocer que otros también aman la suya y que yo soy igual a los demás, una persona singular y única que prefiere la paz y odia la violencia, todos necesitamos proponernos convivir en igualdad dejando a un lado el egoísmo. No tengo la fórmula para salvar la humanidad ni siquiera para salvarme yo, pero pienso que el mundo no es para dejarlo ser mundo de cualquier manera, sino para hacerlo nuestro mundo, según nuestros sueños, nuestros deseos y por ello cada uno de nosotros hacemos parte clave de esa gran construcción del mundo perfecto.


Tania Daniela Martínez Roa

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